De la mar brotó una isla
que no es de arena ni roca,
es una isla salada,
de caracolas y conchas.
Las olas de la bahía
la rodean y la mecen.
Las salinas como arterias
ríos de oro parecen.
Se ríen y se estremecen
cuando se refleja el Sol.
Isla de San Fernando,
Isla mía de León.
La eligió el dios Neptuno
para sus musas y diosas,
así nació esta isla divina
de sal, caracolas y conchas.