-A mi hijo Agustín, cuando era niño-
Jugaba aquel niño
metido en su caja
-cajita de cartón-.
En ella vivía
su mundo de ilusión
-un mundo mágico-.
En ella metía
todos sus juguetes
-sus juegos son-.
Mil historias imaginaba:
Soñaba que era un castillo
donde habitaban
Princesas, dragones
y mil animalitos
que con él hablaban.
Jugaba con ellos,
reía y cantaba
jugaba, jugaba…
Y si se enfadaba…
¡por la torre alta
a todos tiraba!
Salía despacio
de aquella su caja,
de aquella su casa.
Perdón les pedía,
besitos les daba,
besitos de hadas.
Y así lograba
que nuevo a su caja
todos marcharan.
Seguía soñando
que todos los juguetes
a él le escuchaban.
Así se dormía
dentro de su caja,
dentro de su casa.
Son sueños de niños
que con su inocencia
las ninfas le daban.