callada, dormida,
mi libreta en blanco
sin una canción,
ni puntos, ni comas,
sin rimas ni poemas.
¿Qué me está pasando?
mi mente no crea,
se siente vacía:
no está serena.
QUÉ PUEDO HACER
si no tengo armas
para luchar
y mi voz se apaga
de tanto gritar.
Es tanto el poder
tanta la ambición
que apagan los gritos
que piden razón.
Máquinas que aplastan:
se compran verdades,
se venden mentiras,
no importa la vida,
sólo los metales.
El mundo no cambia:
¡dejé de creer!