lunes, 1 de agosto de 2011

EL ÁRBOL


Ese árbol que feliz jugueteaba
Con sus ramas hacia el viento
queriendo siempre agarrar
Una nube con sus hojas

Para adornarse su tronco.
Miró hacia abajo un día
Y vio una pequeñita planta
Que a sus pies se posó.

Curioso, por más que miró
La especie no conocía.
Aquella flor contemplaba
Mucho, todos los días.

La flor se iba enredando
Y hasta sus ramas llegó:
El árbol quedó prendado
De aquella bonita flor.

Se enamoró de tal forma
Q ni siquiera sintió
Que la flor lo iba ahogando
De tanto amor que le dio.

La savia que en su tronco corría
La savia que  la alimentó
Aquel amor lo secó,
Aquel amor acabó.

Ocurre como tantas veces,
Que si el amor es egoísta
Atrapa con tanta fuerza
Que acaba por ahogar e hiere

A quien más amor le da
Y en el mundo más te quiere.
El egoísmo acaba con la ilusión
Como la mala hierba:

“¡todo lo que toca muere!".